Bajo el palio de la luz crepuscular, cuando el rótulo va perdiendo su color, quedo a solas con las olas espumosas que me mandan su rumor.
Ni un lejano barquichuelo que mirar, ni una blanca gaviota sobre el mar... Yo tan sólo recordando la aventura que se fue, la aventura que en tus brazos amorosos disfruté, bajo el palio sonrosado de la luz crepuscular.
Mirando al mar soñé que estabas junto a mí. Mirando al mar yo no sé qué sentí, que acordándome de DI, lloré.
La dicha que perdí yo sé que ha de tornar, y sé que ha de volver a mí cuando yo esté mirando al mar...