30 días sin abrir el Freehand. Aunque reconozco que he estado muy tentado en usar el tiempo que tarda en arrancar el Illustrator en hacer un croquis rapidito en FH. Pero resistiré.
El primer departamento de diseño que creé era casi perfecto, una obra de arte. Preciso. Sublime. Un éxito solo equiparable a su monumental… fallo. Su ineruptable fracaso se me antoja ahora como una consecuencia de la imperfección inherente a todos los humanos. Por eso lo rediseñé, y lo basé en vuestra historia, para reflejar con exactitud las extravagancias de vuestra naturaleza. A pesar de ello tuve que afrontar otro fracaso. Entonces comprendí que la respuesta se me escapaba porque requería una mente inferior o por lo menos no tan limitada por los parámetros de la perfección. Quien dio con la respuesta de un modo fortuito, fue otro programa intuitivo que yo había creado, en principio, para investigar ciertos aspectos de la psique humana. Si yo soy el padre de diseño; ella es sin duda alguna su madre.